Para el caso del emisor estos datos no representan mayor problema, pues son los de la propia persona quien los expide. El problema se genera con los datos del receptor, que es la persona a favor de quien se expide la factura o recibo, y que deben ser validados contra los registrados en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).

Como una práctica para asegurarse de los datos correctos del receptor, se ha popularizado el solicitar la Constancia de Situación Fiscal (CSF) de la persona, que es el documento en donde constan los datos tal como están registrados en el RFC, de forma que no pueda haber lugar a dudas de que esos son los datos correctos; sin embargo, esto ha generado burocracia e ineficiencias en los procesos de negocio ante la solicitud de estos documentos para corroborar que los datos sean correctos.

Pero, ¿realmente es necesario este documento? ¿Es acaso la única fuente confiable de información? La respuesta a ambas preguntas es: No.

No es obligatorio contar con la CSF. El objetivo no es obtener la constancia, sino contar con la información correcta del RFC, y esto puede ser logrado por otras vías.

Por ejemplo, si el trabajador o cliente ya conoce sus datos, y solamente se desea validarlos, pueden utilizar el servicio para validar RFC, nombre y código postal para CFDI 4.0, disponible en: Valida en línea RFC´s uno a uno o de manera masiva hasta 5 mil registros - Trámites del RFC - Portal de trámites y servicios - SAT.

De esta manera, si los datos proporcionados son correctos, no es necesario que se proporcione la Constancia, pues estos ha han sido validados contra la propia base de datos de RFC del SAT.

Se sugiere que las empresas adopten estos procesos alternos de validación para agilizar los procesos de negocio, cada vez más entrampados y llenos de requisitos formales que provocan retrasos e ineficiencias.

Fuente: Fiscalia.com